miércoles, 10 de diciembre de 2008

En 1985 con un grupo de españoles visité París. En la foto soy el de amarrillo y pantalón blanco. Ese día estaba gris y mi obsesión era visitar la tumba de Jean Paul Sartre y del peruano César Vallejos que por esa ironía latinoamericana el mayor poeta incaico sigue sepultado en Francia. Este recuerdo viene al caso porque después de 24 años, en el 2009, volveré a París y a Ginebra, Suiza, para presentar el libro Crímenes en Sangre.

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