Muchas influencias, y terribles aprietes soportó Juan de los Palotes para que en su reflexión acerca del -aquí- descartara al factor tiempo.
El apriete más duro fue cuando sus vísceras necrosadas y algunas ausencias como la de sus piezas dentales, lo acorralaron en su cama hospitalaria del piso de Nefrología, en 1992, durante su estadía en el Hospital Córdoba. Después de ese -tormento biológico- no pudo pensar de otra manera.
Ahora, ni quiere... Creo.
Sin embargo, pareciera no estar lejos de la incertidumbre cuando todo su esfuerzo se reduce a conocer, sin error posible, en qué estado de la vida el cielo besa la tierra.
Según sus últimas deducciones, aquí, empieza -el- Descartes.
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