En estas tierras la vida tiene código de barras
El investigador social peruano Alejandro Sánchez Aizcorbe definió al antiguo vibrión colérico de sectario porque prefiere a los carenciados para consumar su ciclo biológico.
A esa conclusión arribó el mencionado escritor después de un riguroso estudio realizado en la desaparecida Universidad de La Cantuta, en la andina localidad de Chosica. Esta Casa de Altos Estudios fue destruida, clausurada, enterrada bajo un lodozal de sangre chola por alentar investigaciones subversivas.
Los peruanos que acompañaron a Sánchez Aizcorbe observaron mediante lentes construídas con escamas de pejerreyes que el vibrión no ingresa a la esfera de los hombres y de las mujeres que abrazan la función pública.
Esta conducta vibriónica se debe, -según los estudios incásicos-, a que los funcionarios de los estamentos estatales se lavan las manos automáticamente al terminar sus tareas.
El informe emitido por los sociólogos y dado a conocer a la Comunidad Científica Mundial, señala también, que esta costumbre delicada y profiláctica de la clase dirigencial es independiente al mecanismo de las designaciones.
Lima, gris como mi alma
La ciudad de Lima tiene la paz del Pacífico y la mirada firme de Los Andes. 1985-2006.-
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